Tejer no es el nuevo yoga

Tejer no es el nuevo yoga

Hace un par de meses, con motivo de las Navidades, me entraron ganas de aprender a tejer y calcetar. Ya había hecho una bufanda hacía tiempo pero quería aprender un poco más con mi madre. La idea de seleccionar lanas, colores y crear una prenda tú mismo de forma manual me atraía mucho.

Mi sorpresa fue encontrar después una especie de leyenda urbana por las redes sociales que decía… «tejer es el nuevo yoga». Lo primero que pensé es que era una técnica de marketing pura y dura, sin más. Me dio pena y me hizo gracia al mismo tiempo, ¡Como si uno pudiese llegar al samadhi y autorealizarse haciendo punto!

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No dudo que se trata de una actividad muy relajante, casi podría decir que se trata de una especie de meditación activa y ahí fue cuando empecé a dudar un poco. En esta foto por ejemplo, estoy terminando una bufanda para mi querido hermano y mientas la calcetaba con todo mi cariño me preguntaba… ¿Se le podría llamar a esta acción karma yoga? Entonces encontré un artículo en internet diciendo que cuando uno teje, se activaban las mismas áreas del cerebro que durante la meditación.

Para salir de dudas, le pregunté a mi profesor de yoga: Ramiro Calle. Su respuesta me hizo mucha gracia y me lo aclaró en un santiamén:

Todo depende de la actitud, pero no se puede obviar la meditación; lo que sí hay que hacer es llevar la actitud meditativa al tomar un té, preparar una taza de té, caminar o hacer una caricia.

Lamentablemente hay muchas técnicas de marketing en el supermercado espiritual. Samadhi no se alcanza ni haciendo calceta doscientas vidas sin parar. Buda no se iluminó haciendo calceta, pero una vez iluminado, hacer calceta es diferente. Parece igual pero no es lo mismo.

Pues eso, que tejer no es el nuevo yoga señoras y señores. ¡Un abrazo a tod@s y gracias por vuestros comentarios!

*Fotos: Dalalba